Temo el momento en que cruces tu mirada con la mía y tenga que fingir que no siento nada. Me da miedo el instante en que nos saludemos con un beso frío en la mejilla y levante la voz para entonar un "¿qué tal?". Me aterra que te sientes a mi lado y que ni siquiera te des cuenta de que estoy y mires al frente evitando ladear la cabeza y verme. Tengo pavor a que hablemos sobre nada cuando antes hubiésemos hablado de todo. Pero lo que más terror me provoca es saber que voy a estar ahí, mirándote mientras me duele por dentro, queriendo besarte, esperando que roces tus manos con las mías y que me hables de todos los sueños que tuvimos juntos. En su lugar sonreiré forzada, asentiré a todo lo que digas y interpretaré un papel en el que este estado de melancolía y soledad es la gran ambición de mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario